Tesla (1856-1943) fue sin duda uno de los grandes genios del siglo pasado y el mayor referente para todos los que somos ingenieros. La mayoría de los dispositivos electrónicos que utilizamos diariamente funcionan a partir de una idea suya, como la corriente alterna o el WIFI. En total, más de 300 patentes, casi nada…
La parafilia de Nikola Tesla: el amor a una paloma
Un genio no está completo si no viene acompañado de una buena cantidad de ‘rarezas’, y Nikola las tenía para aburrir. Entre todas ellas hay una que llama poderosamente la atención, el amor incondicional que profesaba a una paloma en particular. En sus propias palabras:
He estado alimentando a palomas, a miles de ellas, desde hace años. Pero había una, una hermosa paloma de color blanco puro, con ligeras puntas grises en las alas que era diferente. Era una hembra. La hubiese reconocido en cualquier parte. No importaba dónde yo estuviese, esa paloma me encontraba. Cuando la quería, sólo tenía que desearlo y llamarla y ella venía volando hacia mí. Amaba a esa paloma como un hombre ama a una mujer, y ella me amaba. Mientras la tuve, hubo propósito en mi vida.
Nikola Tesla, sobre su querida paloma.
Desgraciadamente, la fotografía que acompaña el artículo no es más que un burdo montaje, habría estado bien conocer a la paloma de Tesla.
Otras curiosidades de Nikola Tesla
Pero ahí no acababan las excentricidades de Nikola Tesla, es necesario repasar algunas más para entender la extraña personalidad del genio:
- Obsesión por el número 3. Se dice que a menudo caminaba alrededor de una loseta del suelo 3 veces antes de entrar en un edificio, y que utilizaba 18 (un número divisible por 3) servilletas para limpiar sus cubiertos y vasos. Cuando murió, lo hizo 3 días antes de su cumpleaños número 87 (múltiplo de 3), solo, en la habitación 3327 (otro número divisible por 3) de la planta 33 (3×11) del hotel New Yorker, en el que vivió sus últimos años. Aunque nunca fue diagnosticado como tal, está claro que padecía de trastorno obsesivo-compulsivo.
- Murió virgen. Al igual que otro de los mayores genios de la historia, Sir Isaac Newton, no se le conoce relación alguna en sus 87 años de vida -a excepción, claro está, de su amada paloma-, aunque se dice que las mujeres caían rendidas a sus pies debido a su belleza física e intelectual. Solía decir que el sexo y el matrimonio podían enturbiar su pensamiento: «no creo que podáis nombrar muchos inventos importantes que hayan sido ideados por hombres casados».
- Odio visceral a las perlas. Se dice que Tesla odiaba las joyas en general -nunca poseyó ninguna- y las perlas en particular -se negaba incluso a hablar con mujeres que las lucieran-. En sus últimos años de vida extendió su odio a todos los objetos redondos.
- Hiperpolíglota. Se cuenta de él que tenía memoria fotográfica o eidética, algo que seguro le ayudó a la hora de aprender los 8 idiomas que hablaba con fluidez: Serbo-Croata, Checo, Inglés, Francés, Alemán, Húngaro, Italiano y Latín.
- Aprensión al contacto físico y absoluta manía por su apariencia. En efecto, odiaba dar la mano y casi nunca lo hacía, y sentía verdadero asco por el pelo ajeno, que jamás tocaba. No es de extrañar que siempre exhibiera un aspecto impoluto, tanto en su físico (andaba 8 km al día) como en su vestimenta. Mandaba de vuelta a casa a los trabajadores que no vestían elegantemente y llegó a despedir a su secretario por tener sobrepeso.
Si tenéis más interés en conocer la vida de este intrigante genio, recomendaros este libro de W. Bernard Carlson.