La historia de las Danaides, como buena parte de mitos griegos, parte de una genealogía enrevesada, pero además, muestra una amalgama de elementos dignos de la mejor tragedia: la traición, el rencor entre hermanos y una obediencia a un padre, que alcanza niveles patológicos.
El Mito de las Danaides
Dánao era gemelo de Egipto (quien daría lugar al país del mismo nombre), ambos hijos de Belo y Anquínoe, y nietos de Poseidón. Egipto tuvo 50 hijos y Dánao 50 hijas, llamadas las Danaides. Desde siempre, los dos hermanos se habían profesado tal odio mutuo que su padre tuvo que separarlos siendo todavía muy jóvenes. Con los años, la cosa no mejoró. No tardaron en enfrascarse en una cruenta disputa por el trono de Egipto y, finalmente Dánao, por consejo de Atenea, huyó a África, donde encontró refugio en Argos.
Al llegar a Argos, reclamó el trono a Gelanor que por aquel entonces era rey. Éste opuso resistencia a semejante demanda, pero mientras discutían, sucedió un hecho asombroso: apareció en el lugar un lobo que dio muerte a un toro y los habitantes de la ciudad, demasiado supersticiosos o simplemente ansiosos de encontrar cualquier excusa para reclamar un cambio de gobierno, interpretaron tan rocambolesco hecho como una señal de los Dioses y entregaron la corona a Dánao.
Algún tiempo después de su coronación, recibió la visita de sus sobrinos, hijos de Egipto. Los 50 muchachos habían sido mandados por su padre en son de paz y, con el objetivo de sellar la concordia entre sus mayores, pidieron en matrimonio a sus primas, las Danaides. Finalmente, no sin cierta desconfianza por parte de Dánao, el multitudinario matrimonio se celebró. Así, los cincuenta hijos de Egipto y las cincuenta hijas de Dánao se casaron, pero este último, en secreto, les había entregado una daga a cada una de sus hijas, para que durante la noche de bodas dieran muerte a sus esposos. Todas accedieron a asesinar a los hombres, salvo una, la mayor de ellas, Hipermnestra. La muchacha se negó a matar a Linceo, su nuevo marido, pues la había respetado durante su noche de bodas. El resto de los esposos, sin embargo, fueron decapitados. Egipto, temeroso y apesadumbrado por la muerte de sus hijos, huyó a Aroe donde falleció.
Para Zeus, las 49 Danaides se habían limitado a obedecer las órdenes de su padre y, puesto que tal era su deber de hija, eran inocentes. No obstante, Hipermnestra, por haber desobedecido, fue encarcelada. Afortunadamente para ella, Afrodita, quedó tan conmovida por su amor a Linceo, que la absolvió.
La principal consecuencia de este incidente para Dánao, fue que no pudo casar a sus hijas, ya que, lógicamente, los pretendientes temían ser asesinados por las muchachas. Para remediarlo, el rey celebró unos juegos cuya recompensa eran sus hijas y así consiguió casarlas.
A partir de aquí, existen dos versiones. En la primera, Linceo, el hijo superviviente de Egipto, acabó vengando a sus hermanos y mató a Dánao. En la otra versión, perdonó a su suegro y ambos vivieron en paz.
Pero a pesar del perdón y la purificación de Zeus, cuando las Danaides murieron, los jueces del inframundo las condenaron a sacar agua de un pozo y rellenar, durante toda la eternidad, un tonel sin fondo.
Las mejores pinturas sobre el mito de las Danaides
Como no podía ser de otra forma, este episodio de la mitología griega, ha sido ampliamente representado en el mundo del arte, especialmente en la pintura. De los numerosos cuadros que tratan el tema, estos son los más destacados:
Las Danaides en la escultura
Las Danaides no se han prodigado tanto en el arte de la escultura como en el de la pintura, pero la Danaide de Rodin, de 1899, destaca sobre manera en este ámbito.
Las Danaides en el mundo de la música
Antonio Salieri, a quien Hollywood inmortalizó como el archi-enemigo de Mozart, compuso la que es una de sus óperas más famosas, dedicada al mito: Les Danaïdes, estrenada con gran éxito en la Ópera de Paris en 1784.
Las Danaides en la danza
La legendaria bailarina Isadora Duncan, también interpretó una danza sobre las Danaides, donde como ella dijo en su biografía, trató de traducir la tristeza que debían sentir en su condena, las hijas de Dánao.
Las Danaides en el mundo del cine
Uno de los pioneros del cine, Georges Méliès, filmó una vídeo (en realidad no es ni una película), llamado «Le tonneau des Danaïdes«. En él, utiliza la iconografía propia del mito para representar algo tan bizarro como que 8 mujeres se meten dentro de un tonel.